Medicina Equina
Recomiendo leer: Entrenado al hueso- parte 2
Entrenar un caballo significa poner su cuerpo en condiciones
atléticas para las exigencias que la alta competencia requiere.
Los huesos al igual que otras estructuras requieren un
entrenamiento para ser adaptados.
Entrenar un hueso requiere en primer lugar un conocimiento
de su estructura y de la fisiología, de cómo se calcifica, se descalcifica
y sus componentes entre otras variables.
Se sabe que los huesos sometidos a diferentes cargas
modifican su arquitectura y la calidad de su tejido. Las presiones adecuadas
estimulan la formación y la remodelación, pero si son excesivas y continuas
actúan negativamente, produciendo atrofia.
Los huesos al igual que otros tejidos requieren ser entrenados para resistir y adaptarse a las exigencias del ejercicio.
El hueso es un tejido muy dinámico y con una gran
adaptabilidad para aumentar o disminuir en respuesta al entrenamiento.
El caballo no nace con un esqueleto para el deporte, este se
adapta según la actividad.
Los estímulos mecánicos inducen la formación de factores locales de crecimiento óseo, bioquímicos y humorales, estimulantes de los osteoblastos y por lo tanto generadores de masa ósea.
Los estímulos mecánicos inducen la formación de factores locales de crecimiento óseo, bioquímicos y humorales, estimulantes de los osteoblastos y por lo tanto generadores de masa ósea.
Es sabido que el efecto osteogénico de una fuerza se
produce sobre el sitio específico de su aplicación, tanto en el hueso joven
como en el maduro y que es
directamente proporcional a su cuantía.
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